martes, 24 de agosto de 2010

Recuerdos de los 60s del XX

Conversando con una colega de trabajo del área de informática surgió el tema de las computadoras. Aproveché para contarle la historia de mi primera experiencia de trabajó allá por el 1963 con la empresa IBM que estaba ubicada en la calle Arzobispo Meriño en un edificio frente a la Catedral en Santo Domingo. Se me contrató como “trainee” de oficina lo que significaba hacer lo que otros no querían hacer: como por ejemplo, ir a depositar al banco, pagar el seguro social, pagar el teléfono, el agua, la energía, llenar formularios y mecanografiar algunas cartas de rutina. También en un momento determinado se me asignó acompañar el Gerente de Ventas para conocer el proceso de cómo abordar un cliente. La empresa tenía dos productos importantes: las maquinas de escribir Selectric que, eran una revolución en esos momentos y las inmensas computadoras de la época. Así que le explique a la colega que cuando me llevaron a ver por primera vez una computadora (en la antigua CDE) quedé impactado por el tamaño de los equipos. Los recuerdo como inmensos armarios de hierro, con muchos cables detrás y el cuarto donde estaban instalados con una temperatura que congelaba hasta la sangre. Luego me explicaron que los equipos se calentaban mucho y había que protegerlos. Desconozco los gigas y la velocidad de aquellos equipos pero le expliqué a mi colega que ahora que veo las “lap tops” (y así me lo confirmó) aquello de los años 60s era como un objeto del hombre de Cromañón.
Interesados por la tecnología de la época, se acercaron a la conversación otros colegas muy jóvenes que oían con asombro, y no con menos aire burlón, y entonces les expliqué sobre las primeras copiadoras a las que había que introducir la hoja a copiar dentro de una especie de folder plástico para evitar que se quemara el papel y al final la calidad que se producía luce como un papiro comparada con la nitidez de hoy en día. Seguí expandiéndome y les hablé de los primeros equipos de fax. La gente de aquella época se preguntaba, ¿pero cómo es que se iba a recibir la documentación en un teléfono? ¿Qué era eso? Luego vimos los equipos que en su categoría lucen como una especie de avión de los hermanos Wright.
Concluimos en que los jóvenes de hoy pueden que no estén en su mayoría utilizando las ventajas de la tecnología en toda su extensión. Como resultado percibo que, les es difícil de evaluar lo tanto que la misma ha facilitado su trabajo y la potencialidad que tienen de incrementar su productividad si emplean a fondo las herramientas que se pueden aplicar en sus proyectos. Hace unos días detecte un formato de FODA en Windows que me ha ayudado tremendamente a visualizar la base estratégica de la empresa donde me desempeño.
Por cierto, naturalmente que eso del Internet ni se soñaba en la época, así que no puedo hablar de referencias de los 60s sobre el tema pero si puedo hablar de lo útil que es esa biblioteca de referencias que acorta el tiempo por días si pensamos en la dificultad de encontrar las mismas referencias en libros propios o en bibliotecas.
Fue una charla corta pero pienso que deje una huella de sorpresa y curiosidad entre el grupo de oyentes y espero que eso les incremente el aprecio por el buen uso de la tecnología de la que soy un enamorado.
Vamos hacia un mundo de informática de vertientes infinitas pero en el fondo mi mayor temor no es tanto realmente que no utilicemos las ventajas de la tecnología sino que el uso de las mismas nos deshumanice y perdamos esa ingenuidad y candidez que los de hoy podrían copiar de los pasados años 6os. Tendríamos quizás más amor por el prójimo. Quizás.

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