lunes, 25 de abril de 2011

La Era del Cambio

Hasta el surgimiento de la interconectividad a través de los nuevos medios, las personas estábamos expuestas a programas de televisión y radio como sujetos pasivos. Se nos entregaba lo que se consideraba como el combo que estimaban preferido según estudios de audiencia y en horarios determinados basados en estilos de vida también investigados. En los medios impresos tampoco nuestra opinión contaba salvo las publicaciones de algunas cartas a la redacción seleccionadas con criterios que todavía desconozco. Estábamos a expensas de la política de comunicación de cada medio. Fuera de este espectro quedaba el viral de boca a boca producto de comentarios entre amigos y familiares que en muchos casos tenia tintes hiperbólicos, en otros timbres especulativos y en unos pocos imperaba el comedimiento basado en fuentes creíbles. Era lo más cerca de lo que hoy llamamos “viral”.
Con el advenimiento del Internet se abrió la era de la “realidad”. Explotó el intercambio de mensajes multiplicados geométricamente y medios como el Facebook y el Twitter han revolucionado la comunicación y creado un mundo interactivo que jamás se soñó. El boca en boca del ayer se ha achicado ante el gigantesco crecimiento de estos nuevos medios los que se han convertido en la fuente principal de comentarios y noticias y que cada vez van dándole forma a la arquitectura personal, política y comercial del mundo. Detectamos amigos de los que no sabíamos hace decenas de años y podemos organizar grupos que luchan por cambiar leyes, introducir otras, hacer respetar las que existen y hasta empujar al cambio de gobiernos.
En la Republica Dominicana a través del Internet se ha logrado formar grupos de presión para fijar por ley días de fiesta nacionales que habían sido legislados como movibles, para movilizar a miles de personas y concientizar sobre la necesidad de darle un vuelco a la educación poniendo sobre el tapete de los candidatos a las elecciones del 2012 el incremento de las asignaciones presupuestarias para la educación para que se cumpla el mandato del 4%, se pudo organizar también una revuelta pacifica que evitó que una empresa cementera se instalara en un área considerada como reserva ecológica. Todas estas conquistas fueron simplemente el preludio de un futuro en que, voces que antes no se escuchaban, no se expresaban o simplemente no se organizaban, tendrán masa crítica para construir una sociedad sin corrupción, donde la delincuencia sea perseguida y sancionada ejemplarmente y donde todos estemos más conscientes de derechos, deberes y oportunidades.
En el mundo, la participación de los nuevos medios no se ha quedado atrás y ha servido para que mensajes de cambios se muevan más rápido, lleguen a más personas, permitan implementar estrategias de lucha con más precisión y mantener el momentum. Los casos de Egipto y Túnez son una referencia práctica. El bolo político creado sigue corriendo en todo el norte de África y amenaza con cambiar regímenes árabes y mantener en jaque al gobierno de Teherán.
Ciertamente estamos cerrando poco a poco el telón de un pasado y abriendo un futuro que en materia de comunicaciones nos guarda grandes sorpresas y que ira sacando a la superficie informaciones que revolucionaran empresas, países y familias.
Apenas estamos entrando al vestíbulo de una era de cambios y aquellos que aun resienten estos nuevos medios, los desconocen o simplemente los ven como un juego para la gente, quedaran atrapados en el pasado y obsoletos para desenvolverse en la nueva dinámica de la humanidad.
Como dijera Eric Hoffer, escritor y filósofo estadounidense, “en tiempos de cambios, los aprendices heredaran la tierra mientras que los sabelotodo se hallaran perfectamente equipados para desenvolverse en un mundo que ya no existe”.

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