martes, 24 de agosto de 2010

Bergen, Noruega. Visión a un joya del norte.

Hace unos años visite Noruega con mi esposa. En ese viaje recorrimos las ciudades de Oslo, Trodheim y Oslo; así como, varios de los fiordos que como serpentinas gigantes de agua salada penetran en su territorio haciendo de su hermosa geografía una acuarela donde impera el verde y el azul con transparencia y brillantez como el agua clara que baja de sus múltiples montañas.

Al principio, para el visitante que llega por un corto tiempo, la ciudad impresiona tremendamente por una belleza casi natural, su limpieza extraordinaria y el espíritu informal pero civilizado de sus habitantes. La sabrosa y altamente saludable cocina noruega fue una de las más agradables sorpresas. Al adentrarnos en la epidermis de la ciudad, fuimos descubriendo que, debajo de las impresiones estéticas de las cuales con razón disfrutan los turistas, Bergen cuenta con un activo histórico del que se derivan temas de mucho interés.

La ciudad fue fundada en el año 1070 por el Rey Olaf III. Algunos 30 años más tarde Bergen adquirió importancia económica y política con la construcción de un puerto y un castillo y se convirtió en la primera capital de Noruega.

En el 1241 la liga Hanseática se estableció en varias ciudades alemanas. Esta liga procuraba desarrollar el comercio entre las ciudades del este al oeste de Europa del Norte en una época en que Venecia controlaba al sur el Mediterráneo, otro gran mar de ese continente. Por su ubicación geográfica privilegiada, casi en el centro del nuevo poder económico del norte de Europa, Bergen llegó a ser una de las cuatro bases de la Liga Hanseática junto a Brujas en Flanders, Novgorod en Rusia y al Steel Yard en Londres. Sus principales productos de exportación eran madera y pescado salado los cuales tenían gran demanda en la época e importaba granos y productos manufacturados de otras plazas.

El flujo general de negocios de la liga movía; además, de madera y pescado salado, granos, pieles, colorantes, miel y lino que fluían de Rusia a Polonia a Flanders y a Inglaterra. Esta última a la vez enviaba telas y manufacturas a los países eslavos. La liga era tremendamente proteccionista, lo que produjo reacciones adversas de los estados que no eran parte de ella, llegando a tener inclusive una guerra con Dinamarca en el siglo catorce. Todo esto ayudó a sembrar la semilla de inconformidad que dio al traste con la organización.

Dentro de Bergen, la Liga Hanseática fundó una especie de distrito dentro de la ciudad, el puerto Bryggen. Este lugar de comercio, con sus construcciones de madera de dos y tres pisos, y techos de dos aguas, colocadas una al lado de la otra, con estrechos espacios entre sí, aun podemos visitarlo y conocer el estilo de vida de los comerciantes alemanes. El lugar era una especie de territorio independiente el que, en adición a ser un lugar de comercio, era también centro de entrenamiento para los próximos comerciantes de la liga. Estos eran seleccionados en Alemania desde muy jóvenes y sometidos a una férrea disciplina. Cuando se visita el Bryggen podemos conocer la forma de vida de los comerciantes y los aprendices; puesto que, ha habido también una recuperación de toda la parte interna de las antiguas casas de madera.
También debemos recordar que la independencia del Bryggen era tan amplia que, los habitantes de Bergen solo podían penetrar en el área para trabajar durante el día teniendo que salir en horas de la noche. Hoy en día el Bryggen es una especie de primer plano de Bergen. El Bryggen está celosamente conservado y con vida propia, y ha sido designado como Patrimonio Cultural de la Civilización por la UNESCO.

A finales del siglo diecisiete la Liga Hanseática se diluyó, debido al creciente poderío de Inglaterra y de Holanda. El golpe mayor fue desde luego resultado del creciente intercambio comercial, con un mundo que habían abierto primero los españoles, y cuya riqueza fue el resultado de una especie de fermentación producida por el azúcar, el oro, el sudor de los esclavos negros del África y el aguardiente extraída de la caña de azúcar.

A pesar de esta desintegración, Bergen mantuvo su importancia económica la que solo entró en declive cuando en el siglo dieciocho la peste bubónica, que había sacudido a toda Europa, diezmó la ciudad dejando con vida a apenas una tercera parte de la población. Ya en el siglo diecinueve Bergen, luego de un gran incendio que destruyera la cuidad, deja ser capital para darle paso a la ciudad de Oslo
Durante la Segunda Guerra Mundial Noruega fue ocupada por las fuerzas alemanas y Bergen se convirtió en un importante centro para las fuerzas clandestinas que luchaban contra la ocupación. Un lugar clave de actividad fue el Theta-rommet donde se instaló una radio clandestina. Desde esta radio los grupos de resistencia se mantenían en contacto, con las autoridades noruegas exiladas en Inglaterra, para enviar información sobre los movimientos de barcos alemanes en el Mar del Norte. Este lugar fue descubierto por la Gestapo en 1942 y destruido y apresados los componentes de la resistencia. En el 1980, sobrevivientes de este grupo, se reunieron para reconstruir la habitación donde estuvo el Theta-rommet y reabrieron el lugar en 1983 convirtiéndolo en un museo muy visitado hoy en día.

Bergen desde sus inicios se ha mantenido como un gran centro comercial, lo que hoy en día se puede notar cuando se camina por sus calles adoquinadas, algunas estrechas y otras anchas, y ver las innumerables tiendas y negocios dedicados al comercio. La diversidad y elevada calidad de productos que se ofertan al consumidor nos impresiona siempre, cuando pensamos que es una ciudad de solo 250,000 habitantes. Claro, el alto poder adquisitivo de la población le da acceso a una oferta muy refinada.

Bergen está llena de tradiciones y hoy en día su economía es altamente diversificada. Realmente Noruega como un todo se fundamenta principalmente en el pescado pero cuenta con una gran riqueza petrolera en el Mar del Norte que le permite solidificar su economía y además ha logrado destacarse en la fabricación de barcos, maquinarias y procesamiento de alimentos.

Para los meses de mayo y junio de cada año la ciudad es sede de un Festival Internacional de Música cuya calidad es comentada en todo el mundo. Sus munícipes aman su ciudad y la cuidan celosamente. En este sentido es importante notar que Bergen fue escogida en el 1996 como una de las tres ciudades más limpias de Europa. En términos académicos, su escuela de Administración de Negocios y de Economía fue fundada en el 1936 y en términos culturales acopia gran riqueza intelectual por ser la ciudad natal del compositor, Edvgard Grieg; del violinista Ole Bull y del pintor Johan Christian Dahl.

Bergen es una ciudad para descubrir y disfrutar día tras día porque mas allá de los lugares turísticos subyace una historia de 900 años que nos termina embriagando y que nos sentimos con al ánimo de contarla a cuantos conocemos. Espero volver pronto porque sin duda todavía tiene muchos secretos que quiero descubrir y que como sus Trolls se esconden tímidamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario