jueves, 7 de mayo de 2009

Abu y Aba tambien están vivos

Este artículo se publicó en la revista Mercado en el 2008. Lo comparto con aquellos que no lo leyeron. Además como abuelo de alguna manera me siento parte del segmento.


El neoliberalismo se ha olvidado del segmento de población que supera los 55 años, un segmento que tiene serias dificultades para adaptarse al mercado laboral actual.

Con los cambios por los que atraviesa la humanidad los mercadistas muchas veces olvidan a los segmentos de edad sobre los 55 años. Creo que es una falla de visión y de enfoque. Quizás en tiempos pasados allá por los 1950 o quizás 1960 o hasta los 1970s gran parte de los abuelos y tíos de ese segmento de edad pasaban a ocupar mecedoras o sentarse en galerías para cuidar nietos o sobrinos y prácticamente se desligaban de las actividades sociales. Era una especie de tribu que esperaba la muerte.

En los países del llamado primer mundo donde el segmento mayor de 55 años tiende cada vez a ser el de mayor tamaño sucede todo lo contrario. En esos países hay una atencion creciente de los mercadistas para llevar sus productos y mensajes a este sector porque no solo es importante en términos de cantidad sino porque maneja recursos financieros que impactan la economía de manera significativa. En nuestros países tercermundistas se da el caso de que las columpiadas en mecedoras y las sentadas en galerías van pasando a un mundo lúdico inexistente en el día de hoy.

Los abuelos y tíos también trabajan y aportan a la economía. De hecho, luego de años continuos de pagar matriculas de los hijos, ropa, comida y diversiones, vuelven a tener ingresos menos contaminados por la carga filial y el margen discrecional asoma nuevamente presentando una oportunidad de nuevos negocios para los mercadistas. Esto es notorio cuando vemos a jóvenes madres que tiene problemas de donde dejar a sus niños cuando salen al trabajo porque las abuelas y tíos también trabajan lo que conlleva a que las madres se vean obligadas a recurrir al servicio domestico que no es necesariamente la mejor solución.

Pero volviendo a los Abus y Abas, creo que es tiempo ya que las agencias y sus clientes observen este fenómeno porque quizás se les está escapando de las manos un segmento con poder adquisitivo que se divierte, compra por Internet, va a restaurantes de comida rápida y comida lenta, va al cine, compra regalos para hijos, nietos, sobrinos, ahijados y amigos, hace turismo interno y externo, tiene cuentas de ahorros y corriente y en general consume una inmensa cantidad de productos y servicios. Les recuerdo sin embargo que los Abus y Abas por su experiencia conocen al cojo sentado y al tuerto durmiendo; así que si se deciden a considerar mi consejo vayan por campañas inteligentes amigos no tonteras porque van a rebotar.


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