martes, 23 de septiembre de 2025
EN BUSQUEDA DE FOTOGRAFIAS Y FOTOGRAFOS. TINA MODOTTI, FOTOGRAFA Y POLITICA.
UNA INTROSPECCION
Siendo casi un adolescente empecé a sentir curiosidad e interés por la fotografía. Recuerdo la cámara Kodak que me regalaron mis padres, con la que me divertía tomando fotos de familia, amigos y lugares. Muchas de esas imágenes aún las conservo; otras se perdieron con el paso del tiempo y las mudanzas. A lo largo de los años fui adquiriendo cámaras de mejor calidad: primero para un viaje a Europa y, ya de adulto, distintas versiones de Nikon y Sony, además del inseparable iPhone.
Ese interés por la fotografía me ha llevado también a curiosear en la vida de fotógrafos célebres, lo que me condujo a buscar libros y biografías que revelan historias que van más allá de lo artístico. Primero fue Lee Miller, que pasó de ser modelo y fotógrafa de moda en Vogue a corresponsal de guerra. Luego, Robert Capa, cuya cámara retrató la crudeza de la Segunda Guerra Mundial y otros grandes acontecimientos del siglo XX. Y finalmente, Tina Modotti, cuya vida me ha dejado pensando más allá de la fotografía. Su historia me recordó, en cierto modo, la de Jean Valtin, por la diversidad de experiencias y los peligros que enfrentaron en su militancia política.
ORIGEN DE MODOTTI Y PRIMERAS VIVENCIAS
Modotti nació en Italia en una familia humilde, y desde joven mostró un espíritu inquieto. Ese impulso la llevó a emigrar a Estados Unidos, donde se inició en la fotografía junto a Edward Weston. Pero su vida nunca se limitó al arte: en ella convivieron la pasión creativa y el compromiso político, a veces en tensión, a veces como fuerzas que se complementaban. Antes de dedicarse por completo a la fotografía —su padre también lo era— trabajó como costurera, oficio aprendido de su madre, y más tarde incursionó con éxito en el teatro y el cine.
LA REVELACION
México fue para Tina lo que un descubrimiento revelador: la luz, la gente, el ambiente cultural en ebullición la impulsaron a sacar lo mejor de su mirada fotográfica y de sus inquietudes sociales. Allí se vinculó con Orozco, Siqueiros y Rivera, artistas que unían arte y causa social. También vivió un amor turbulento con Julio Antonio Mella, joven comunista cubano y nieto del patricio dominicano Matías Ramón Mella. El asesinato de Mella en las calles de Ciudad de México marcó profundamente a Tina, tanto por la pérdida personal como por las sospechas políticas que recayeron sobre ella.
PELIGROS POLITICOS
Su vida estuvo marcada por constantes desplazamientos: de Italia a Estados Unidos, de México a Holanda y Alemania y finalmente a la Unión Soviética. En cada lugar llevaba consigo su cámara y sus ideales, aunque no siempre encontraba en ambos la misma plenitud. En Alemania descubrió que la fotografía se había popularizado y la luz no era la de México; además, el ascenso del nazismo la obligó a marcharse y así llega a la URSS de Stalin.
Desde la Unión Soviética se vinculó con labores sociales, pero más tarde, con un nuevo compañero, fue reclutada como espía y enviada a España, donde participó en la Guerra Civil. Tras la victoria de Franco escapó por los Pirineos, pasó por Francia y llegó a Estados Unidos, donde fue deportada. Solo en México pudo establecerse nuevamente, ya bajo su verdadero nombre y con estatus de refugiada.
SU FINAL
Pocas semanas después, murió en un taxi a los 47 años, oficialmente de un infarto. Las circunstancias, sin embargo, dieron pie a rumores sobre un posible asesinato político.
Olvidada durante décadas, su figura fue rescatada a partir de 1977. Hoy sus fotografías se encuentran en museos como el MoMA de Nueva York y el Museo de Arte Moderno de México, entre otros.
REFLEXIONES
Pensar en Tina Modotti es reflexionar sobre la tensión entre lo que uno desea crear y lo que siente como deber. Ella osciló entre la belleza atrapada por el lente y la lucha contra la injusticia. En esa dualidad radica su fascinación: ni solo artista ni solo activista, sino una mujer que buscó dejar huella en ambos terrenos, pagando el precio de la incomprensión y la persecución.
Acercarse a Tina Modotti no es solo acercarse a una fotógrafa: es mirar de frente una vida intensa, llena de luces y sombras, que nos invita a pensar en nuestras propias pasiones, en los compromisos que asumimos y en cómo elegimos vivirlos. Tal vez la mejor manera de conocerla no sea únicamente leer sobre ella, sino descubrir sus imágenes y dejarse interpelar por su creatividad.
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