lunes, 7 de diciembre de 2009

Mis Recuerdos de la Navidad

La navidad es una época para la familia. Recordamos a los ausentes y celebramos con los que nos rodean. Las red de amistades se reconecta y abrimos una pausa para pensar en lo que hemos vivido y también en el futuro. Si pudiéramos definir este periodo del año pudiéramos llamarlo: Reflexión.
Cada uno abre su memoria y sobre ella pasa una inmensidad de personajes que se sobre imponen como las escenas de una película. Vienen a la mente momentos de gran alegría, de travesuras, de amistades perdidas en el tiempo y sobretodo de amor por la tanta gente que quieres y con las que deseas celebrar cada día navideño: tu esposa o esposo, tus hijos, tus nietos, tus hermanos, tus sobrinos, tus familiares, tus amigos.
Cada familia busca su espacio y comparte recuerdos y vivencias.
De todos los recuerdos de la navidad el que siempre me viene a la mente es de mi madre y mi padre idos ya hace casi 20 años. Son mis primeros recuerdos de la vida y por tanto imposibles de olvidar. Fueron mis años de formación y durante los cuales adquirí valores que he mantenido y confío en que mantendré en el curso de mi existencia.
De mi padre recuerdo, en una época de carencias en mi casa, los malabares que hacía para comprarnos fuegos artificiales en abundancia que se convertían en la gran diversión de noche buena y año nuevo. También del pavo, del jamón, los lerenes y pan de frutas, los dulces y las teleras (sin hoyos como sucede hoy). Papá no era tomador de bebidas alcohólicas pero siempre conseguía un ponche y un vinito de la Casa Velázquez. Recuerdo que me dejaban probar de este ultimo pero solo un sorbito.
De mamá los recuerdos son más enfocados. Mi madre era lo que hoy llaman una emprendedora. Se inició con un pequeño negocio de fabricación de mantequilla casera. La recuerdo levantándose cada día a las 5 de la mañana para empezar a batir mantequilla y continuar todo el proceso que terminaba en un empaque de papel encerado con la marca Maguana. Se acostaba agotada a las 9 de la noche. A veces me pedía que la acompañara a caminar por media hora antes de acostarse. Era su forma de ejercitarse y relajar el cuerpo y la mente. La marca representaba un producto con sal y otro sin sal. Una especie de extensión de línea. Mama no tenia pausa en ninguna época del año y la navidad no era una excepción. Mama fue una estratega del marketing sin haber llegado a la universidad. Solo contaba con dos años de bachillerato y un diploma de economía doméstica que mostraba con orgullo. A base de puro arrojo personal producía y distribuía y adelantándose a la época hacia publicidad en el cine con aquellas transparencias de vidrio pintadas manualmente. También lo que hoy llamamos publicidad viral por la vía telefónica (hoy claro se hace por el internet). Llevaba su mercancía personalmente todos los días a los diferentes colmados de la época (los más grandes) como Casa Velázquez, Casa Perez, Quisqueya y otros que ya no recuerdo. Al final acumuló un ahorro importante que le permitió adquirir su propio freezer industrial.
Luego de un tiempo decidió cambiar de línea de negocios y se centró en ropa de mujer. Con su innata visión concluyó que el margen allí era mayor. Para esto importaba de California, EUA y más tarde extendió la oferta a zapatillas de Veracruz, México, a importar tela para trajes de hombre desde Manchester, Inglaterra y adquirió la representación de la marca Cussons una importante línea inglesa de productos para el cuidado personal. Exploro otras areas como zapatos, perfumería francesa, sombreros de mujer, betun para el calzado, etc.
Como tenia conocimiento del valor del dinero, seguía ahorrando en silencio. A veces me llamaba para que contáramos los recursos líquidos que iba acumulando. Siempre me sorprendí de todo lo que tenia ahorrado. Un día me dijo voy a comprar una casa y nos mudamos por primera vez a casa propia en la Avenida Bolívar 30. Luego de comprar la casa me dijo nos vamos de viaje a Europa. Corría el 1960 y estuvimos viajando por toda Europa por más de 3 meses en un carro que maneje a la edad de 16 años. Una locura pero que divertida locura.
Mis padres se fueron en paz y sin necesidades.
Todas estas cosas se dibujan con perfiles más delineados en la navidad porque pienso que los espíritus nos transmiten recuerdos desde su dimensión a la nuestra para compartirlos en esta época del año. Se me ocurre pensar que el pequeño rabí del pesebre quiere que reflexionemos sobre las cosas buenas que nos han sucedido y que nos suceden o las malas que no nos sucedieron. Finalmente un día también seremos recuerdos y nuestra misión es dejar en esta tierra la mejor parte de nosotros para nuestros hijos, nietos y aquellos a quienes pudiéramos influenciar.
Aprovecho para desear un feliz 2010 al puñado de lectores que llega a este blog y que tienen la paciencia de leer mis artículos, a los que dejaron de hacerlo y a los que lo harán.
¡Salud y tranquilidad de espíritu!

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