jueves, 20 de mayo de 2010

La Agencia Publicitaria, el Comercio y un Observador

Como en toda empresa los conflictos interpersonales en las agencias están siempre presentes. Posiblemente la intensidad se magnifica dado que las agencias son un crisol de talentos de diferente especie. Tienes creativos cuyo carácter cambia como el tiempo, gente de cuentas que con rapidez suben el termostato personal ante la presión de los clientes, gente digital que como en un fenómeno portergeist se meten dentro de la pantalla y salen por los lados más inesperados, gente de trafico que andan en un patín el día entero atajando como en un corral, redactores con sus ojos en blanco buscando el oro al final del arco iris, gráficos que diseñan diariamente la Mona Lisa o el Entierro del Conde de Orgaz (según la emoción del momento), gente de producción que dejan de lado a Merlin convirtiendo en realidad las ocurrencias de creativos y clientes, gente de medios que deben circular ideas por cuanto vehículo exista aplicando utilidades del marketing como las de forma, lugar y tiempo y que salgan lo más barato posible (una especie de viajar en primera clase pagando económica), directores de departamentos que pasan de un carácter militar a uno de cura de pueblo predicando tranquilidad y bondad y directores generales que escuchan al mismo tiempo violines, violas, cellos, timbales, oboes, trompetas, pianos, arpas y toda la percusión posible teniendo que conservar la estabilidad al igual que si escuchara una pluma de avestruz caer sobre un lago y no se me queda la gente financiera que con sus números pasman la digestión de todos los mencionados. Entre esta cornucopia de personalidades se crean propuestas de comunicación que impregnan a las marcas sellos eternos de conexión con las personas de mercados locales y mundiales.
Pero todo el alambrado comentado sucede en una agencia cualquiera y no precisamente en el pais del nunca jamás sino en una realidad capaz de espantar, mover cajas registradoras, sacar lagrimas, risas y construir un mundo de deseos que contribuye a que las ruedas del marketing giren donde quiera que haya libertad de comercio. En este manicomio de cuerdos ha transcurrido un 80% de mi vida profesional y realmente no me hubiera visto en un escenario distinto salvo en un teatro de ópera pero esto último ya queda para la reencarnación si es que existe si no es que reencarno como anunciante.
Otro día podremos filosofar sobre el tema mientras disfrutamos de una vaso de agua de coco, un copa de vino o una taza de café al tiempo que miramos las aguas transparentes del mar de mi país y los reencarnados nos explican sus experiencias!

viernes, 7 de mayo de 2010

Los recursos humanos en el mundo de la información y efectos éticos

En la empresa moderna la selección de los recursos humanos es una de las decisiones de mayor trascendencia en la organización. Las personas que forman una empresa son el elemento clave para su desarrollo. Sin personas de calidad es difícil que una empresa prospere y se mantenga activa en un mercado. De ahí es menester que la selección del personal sea el resultado de una evaluación de la capacidad de los candidatos a los puestos, entendiendo como capacidad su uso discrecional del juicio para la toma de decisiones. Este elemento junto a las competencias de comportamiento, entre las cuales me permito incluir la discreción y la ética profesional, forman lo que son a mí entender los elementos fundamentales para una selección atinada. Para esto se debe contar con las pruebas necesarias que avalen las citadas características.
Dicho lo anterior, no es que menosprecie las competencias académicas pero estas no deberían ser solamente el exclusivo sustento para la selección de personal. De hecho es relativamente más fácil entrenar en las competencias académicas adicionales que requiera el candidato que en las de comportamiento. En cuanto a la capacidad, tal y como la definimos en el párrafo anterior, es una función relacionada con los procesos mentales del individuo cuya adquisición no puede ser desarrollada por entrenamiento alguno. Sobre este elemento en particular debo mencionar que mientras más crítico es el puesto más necesario se hace un elevado nivel de capacidad por las implicaciones y trascendencias de las decisiones a tomar.
En este artículo me voy a referir a la importancia de las competencias de comportamiento, y sobre todo a la ética y la discreción, y sus efectos en cualquier empresa pero sobretodo en las relacionadas con la comunicación comercial.
La tecnología del internet y las múltiples informaciones que se pueden obtener vía las redes sociales, los medios digitales, las páginas web de las empresas y asociaciones, etc., permiten un enriquecimiento intelectual a través de una rapidez y multiplicidad de fuentes que jamás soñaron las generaciones anteriores a la nuestra (y no soy de los usuarios jóvenes). Esta ventaja que ofrece la tecnología también implica una responsabilidad en varias direcciones que discutirlas todas en este articulo nos llevaría varias páginas incluyendo aquellas de protección a la niñez.
Como consideramos con anterioridad, en la vida de las empresas la gente son su componente esencial. En el mundo de las comunicaciones comerciales los proyectos relacionados con la imagen de la empresa (ilustraciones, comerciales para tv y radio, páginas web o contenido de las mismas, publicidad en general, etc.) y sus marcas están a cargo de gente (dibujantes, redactores, creativos conceptualizadores, ilustradores, etc.) generalmente muy conocedores del mundo web. Aun cuando prácticamente todo profesional de hoy en día consulta el mundo del Internet para fines de referencias o insumo intelectual, el problema surge cuando se pasa de esta etapa y se cede a la tentación de “copiar y pegar” material existente en la red con derechos adquiridos. Para anunciantes y sus asociados estratégicos este es una situación de potencial gravedad cuando esa tentación viola los derechos de autor y este o estos proceden por las vías legales.
¿Cómo detectar las infracciones de este tipo? Esto aunque hipotéticamente posible, acudiendo a un monitoreo de toda la red (desconozco hasta donde se podría), causaría a las empresas una dilación dañina en sus planes de marketing y sobretodo en el lanzamiento de nuevos productos o extensiones de marcas o mantenimiento de las mismas. En el competido mundo comercial estar alertas es estar vivos. Si el citado monitoreo se efectuara, el tiempo transcurrido hasta la entrega de un reporte implicaría costos adicionales que estoy casi seguro las empresas no se sentirían a gusto de asumir. ¿Porque decimos esto? Pues porque la gente seleccionada para trabajar en proyectos de comunicación (y en cualquier otro) que caen en el “copiar y pegar” posiblemente carezcan de competencias de comportamiento o inclusive de la suficiente capacidad mental para comprender la extensión del daño que su actuación puede causar en la empresa donde se desempeñan. Así pues el principio de la selección de personal, y su nivel de ética y discreción, asume hoy en día un rol aun más vital para evitarle a las empresas demandas judiciales que le perjudicarían en imagen y en preferencia ante sus consumidores en adición a gastos legales imponderables.
Como corolario nuestra recomendación es que toda empresa de hoy, grande o pequeña debe contar con su propia área de recursos humanos o con asesores adecuados que le guie en las diferentes etapas de una especialidad que incluye necesariamente la selección de gente capaz y competente pero necesariamente ética y discreta. Ni más ni menos, estamos hablando del activo intangible que es capaz de crear los activos tangibles de una empresa y por tanto de su éxito actual y futuro. Al fin y al cabo es preferible precaver antes que remediar sobre todo cuando los remedios resultan sumamente costosos en dinero y en imagen.
Si el lector desea más información sobre el tema derechos de autor le sugerimos la pagina web de la UNESCO donde trata el tema y se refiere a la próxima reunión Intergubernamental de la Convención Universal sobre Derecho de Autor que se celebrará del 7 al 9 de junio de 2010, en su sede en París, Francia.