jueves, 28 de enero de 2010

Haïti. L'autre côté d'Hispaniola.

En el pasado mes de noviembre 2009 escribimos un artículo sobre nuestra visión estratégica para Haití y específicamente en su relación con la República Dominicana. Lejos estabamos del desastre natural que afectaria a esa nacion.
Los terremotos a diferencia de los huracanes no avisan su llegada aunque muchos geólogos han estado prediciendo por años la posibilidad de que la isla fuera víctima de una fuerte sacudida por la presión que por varias décadas se ha venido acumulando en las placas soterradas. Aun cuando nuestro artículo no tomó en cuenta estas predicciones geológicas nuestra visión estratégica toma ahora características de urgencia.
Haití es una nación postrada luego del pasado terremoto. Explicar al lector el nivel de destrucción es imposible. En este sentido los medios han ofrecido vistas que describen con espantosa realidad el panorama de desolación de un Puerto Príncipe destruido y una población desesperada. Esta descripción mediática es más que suficiente. Palabras sobran.
Se está hablando de un Plan Marshall para Haití. Se habla del efecto positivo desde el punto de vista económico para nuestro país por las ventas de materiales y equipos para la destruida nación pero por el otro lado de la balanza se habla también de un movimiento migratorio intenso de nacionales haitianos hacia el lado dominicano. Ambos escenarios tienen visos de posibilidad dependiendo de cuan rápida sea la ayuda de largo plazo y si esta logra penetrar hasta los niveles mas paupérrimos de su población.
De lograr una penetración relativamente rápida, la cantidad de mano de obra requerida para fines de construcción de edificios, casas, carreteras, etc., será inmensa. Los haitianos que viven en Dominicana cuentan con una buena experiencia adquirida aquí en la República Dominicana en el sector construcción. Así que podríamos presenciar la vuelta a Haití de la mano de obra de construcción que se utiliza en nuestro país creando un vacio en el sector. Así mismo se habla de la necesidad de recuperar la agricultura haitiana. El mismo fenómeno de retorno se pueda presentar en ese sector económico. Increíble pero con posible certeza podríamos presenciar la vuelta a casa de miles de haitianos que preferirían vivir en su país y estar cerca de sus familiares. ¿Cuán conveniente es esto para determinados sectores dominicanos?, ¿qué implicaciones conlleva? y, ¿cuánto de fantasía tienen estos caminos?, son inquietudes que solo las podrá responder el tiempo. Prefiero no especular y solo limitarme a presentar algunos escenarios.
Sin embargo, hay elementos ciertos que desde nuestro punto de vista continúan siendo de importancia estratégica para no solo contribuir al levantamiento económico de esa nación sino porque es conveniente para el conjunto de la isla. Uno de estos elementos es el turismo. Nos referimos al tema en el artículo anterior y volvemos de nuevo sobre lo mismo. Entre ambos países puede desarrollarse una gran sinergia turística que absorbería una gran cantidad de mano de obra en ambas naciones y sobre todo ahora en un Haití con posibles flujos substanciales de recursos.
Otras aéreas referidas en nuestro artículo de noviembre 2009 es la de educación y entrenamiento de técnicos en general. Ahora es más importante para ayudar a la recuperación haitiana en base a sus propios nacionales.
En dicho artículo hablé de que, “la solución debe ser compartida con países de economías y recursos mas sólidos que los nuestros”. En estos momentos no puede ser más contundente este comentario.
Me voy a permitir cerrar este articulo con las mismas palabras con que concluí en nuestro escrito antes de la catástrofe: “Haití va a estar en el mismo lugar nos guste o no. Lo mejor que podemos hacer los dominicanos es comprender esta realidad geográfica y social y ver como logramos que ese país se desarrolle para mejorar su parte de la isla y juntos podamos convivir en paz con nuestras culturas y nuestras vidas”.
Para ayudar a nuestros vecinos del oeste los dominicanos en estos momentos hemos dado una muestra de generosidad y entrega quizás nunca antes vista en la historia de la isla. Hemos colaborado incansablemente y continuamos haciéndolo. Las primeras ayudas para Haití luego del terremoto llegaron de manos dominicanas. Hemos estado presentes con una entrega humana incontestable. Ahora a mediano y largo plazo es que viene la prueba de fuego. Cuando Haití no sea ya más noticia mundial. De ahí nuestro clamor de una estrategia común con respaldo internacional. Es la salida más conveniente para todos, haitianos y dominicanos